domingo, 30 de mayo de 2010

Amaneció

Siempre pensé que mi vida era una típica película del fin del mundo, en la que algun sobreviviente se encuentra solo en el mundo después de la destrucción total y sin nadie vivo más que él. Siempre pensé que yo era de una especie distinta a la del resto, que era la gobernadora oficial además de única habitante de mi planeta. Siempre creí que nadie sabía hablar mi idioma.
Ayer me llevé una grata sorpresa al darme cuenta que no era la única "anormal" en este mundo lleno, desgraciadamente, de gente tan normal, tan común, tan parecida a los demás.

Muchos pueden pensar que es bueno tener cosas en común con el resto, ser parecido a los demás, tener rasgos en común con otros, ya que así sería más fácil vivir su vida, "compartiendo" con otras personas; pero supongo que yo nunca crecí con esa idea en mente. Siempre pensé que era diferente, que veía las cosas de otra forma y me rehusaba completamente a ser parecida a los demás. Muchas veces he sido juzgada por no encajar en el típico molde que debe ser ocupado por los jóvenes de mi edad. Pero no me importó y seguí adelante con esta vida que es como una montaña rusa, pero que a mi manera, me hace feliz.

Hace un par de meses "conocí", por así decirlo a una mujer llamada Angélica, ella es de mi edad y debo ser sincera: cuando recién la conocí nunca pensé que me llevaría bien con ella, pero ayer la teoría de que las primeras impresiones no siempre son las correctas, fue respaldada.

Estoy absolutamente segura que hay alguien más como yo, que hay vida en este planeta solitario en el que siempre viví y... ¡Qué bien se siente! Creí que era imposible que alguien comprendiera mi forma de pensar y cómo me siento, mis arranques, mis locuras, mis tristeza, mi alegría, mis ideas, mis gustos, decepciones, mi forma de ser, esta personalidad tan cambiante, mis estados de ánimo, miedos, experiencias anteriores, anhelos, esperanzas y así, inesperadamente hace unas horas supe que existe alguien más como yo y agradezco al destino por habernos cruzado. Hoy por fin amaneció.

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