miércoles, 28 de octubre de 2009

Me Falta Voluntad

Es increíble como con una sola palabra haces que todo cambie.

Hace unos cuantos días me propuse olvidarte y no dejar que nada de lo que dijeras afectara mi mundo, hace semanas hice una promesa con un amigo de no volver a caer en tu juego. Hoy perdí.

Aún no entiendo que clase de poder puedes tener sobre mi para tenerme tan pendiente de tu vida, tus acciones, tus palabras, tus miradas, tus gestos, tus sonrisas, atenciones y demás que tienes hacia mi. En cuanto siento que tengo algo de control sobre mis actos y pensamientos, cuando siento que de verdad puedo vivir sin pensar en ti regresas con tu carita de niño inocente, con la misma carita que me pintó una historia de amor que podía ser mía.. que podíamos compartir y construir juntos.

Y.. ¿Dónde está la historia que me prometiste? ¿Dónde esta ese amor tan grande que prometiste darme? ¿Dónde está ese hombre que me convenció de ser el indicado para mí? ¿Dónde quedaron las promesas, las ilusiones, los recuerdos? ... ¿Dónde los guardo? ¿Debería guardarlos o de una vez olvidarlos? ¿Vale la pena estar a la espera de que cambies de opinión? ¿Vale la pena esperar por algo que quizás nunca llegue? Tengo mil preguntas en mente y estas son tan sólo unas de las tantas que rondan por mi cabeza a diario y que con todas mis fuerzas trato de bloquear con la esperanza de no hacerme daño... Pero el bichito de la esperanza ¡Ay, la bendita esperanza! ¡Maldito sentimiento de anhelo que me tiene sufriendo por tí! ¿Es que no lo ves? No quiero quererte, pero tampoco quiero odiarte... ¿Amar u odiar no es acaso lo mismo? Es dedicarte la misma cantidad de tiempo, pensarte con la misma intensidad, sentirte de la misma fuerza, soñarte con la misma frecuencia, tenerte presente cada segundo de cada minuto de cada hora de cada día de cada semana interminable en la que lo único que hago es respirar tu ausencia, anhelar tu compañía, jugar tu juego y jugar a cumplir mi promesa, pretender que soy yo la que va ganando, que soy yo quien te está olvidando y perder en silencio cuando nadie me ve, cuando nadie escucha mi llanto, cuando el mundo se detiene y lo único vivo es mi ser que se retuerce de dolor porque una vez más perdió en este juego que es el amor.

sábado, 17 de octubre de 2009

Olvidar Es Empezar De Nuevo

Mentiría quien diga que nunca se ha sentido triste sin motivo aparente, quien afirme que nunca se ha sentido solo, quien crea que la soledad es lo mejor que existe en su vida. Pues bien, es hora de decir la verdad después de mucho tiempo, todo aquello es falso. Las razones por las que lo sepa y cómo lo sepa son parte de uno de los capítulos más grandes de mi vida…probablemente alrededor del cual giren muchos otros, uno que tuvo comienzo pero del cual aun no se ha escrito un final…o eso creo yo.

Todo comenzó el 08 de abril del 2005, un viernes, recuerdo. Lo tengo grabado en mi mente, como si hubiese sucedido ayer, y no hablo sólo del momento, de recordar con exactitud los detalles, del lugar, las palabras. No. Me refiero también al sentimiento, al palpitar acelerado de mi corazón en el preciso instante en que el pronunciaba aquellas palabras que luego oiría repetirse unas cuántas veces más. “¿Quieres estar conmigo?” Sí, solo eso. Pero bastó para iniciar la historia de amor que se volvió mi razón de vivir, mi cruz y mi calvario.

Todo momento a su lado era grato, yo lo amaba más que a nada y nadie en el mundo, lo que sentía por él no tenía comparación, era puro, infinito, sin restricciones. Sé que nadie en el mundo amaba como yo lo amaba a él, sé que ninguna pareja en el universo se amaba como nosotros lo hacíamos. El tan sólo verlo me ponía una sonrisa en el rostro y su sola ausencia me quitaba toda señal de alegría. Sólo era feliz si mi pensamiento estaba con él, si en mi mente palpitaba su imagen. Se puede decir con toda seguridad que estaba completamente enamorada, de pies a cabeza. Cada milímetro de mi cuerpo, mente y alma estaba impregnada con su esencia. El aire más puro que respiré fue su aliento, el olor más divino que olfateé fue el aroma que emanaba su piel, lo más dulce que probé fue la miel de sus labios, lo más bello que escuche fueron sus “Te amo”, lo más hermoso que vi fue el y cada parte de él fue motivo de mi mas devota adoración: sus cabellos, sus ojos, sus pestañas, su nariz, sus labios, sus brazos, su pecho, su piel. Todo él, tan perfecto. Nada tenía sentido si no estaba a su lado. Mi vida era él.

Yo sinceramente pensé que duraríamos para siempre, que esta historia no tendría fin, pero tan ilusa como siempre, me equivoqué. Los problemas empezaron a llegar y el cuentito de hadas que había imaginado en sueños comenzó a derrumbarse poco a poco, ahora las peleas eran parte del día a día y no puedo explicar cómo dolía eso. Sus palabras tan cortantes, tan frías: “A ti te encanta pelear”. Habría dado cualquier cosa por entrar en su mente, en su corazón, por poder pintar la realidad cómo la veían mis ojos, como la sentía mi corazón, el corazón que le entregué ciegamente y que sigue siendo suyo. Pasó el tiempo, transcurrieron los días, semanas, meses, y al cabo de 2 años y casi 9 meses de relación, mi historia perfecta llegó a su fin. El dijo que no podía más con esto, que no sentía por mí lo que yo por el, y no puedo mentir, fue lo mas duro que escuche en mi vida. Saber que la persona por la que darías la vida no aprecia tus sentimientos, hace que la vida se convierta en una pesadilla. Rechazó mi amor, tomó lo que con tanto esfuerzo, tantas ganas, tantas lágrimas, tanto amor construimos y lo tiró por la borda. Ya no existía más eso que siempre escribíamos: S*C. Ya no existe, se acabó.

Sobra decir que me dejó el corazón destrozado, la ilusión que tenía de estar siempre junto a él ahora era un simple sueño, una utopía. ¡Qué inalcanzable parece estar la felicidad cuando cargamos a cuestas un corazón herido! Qué difícil es sobreponerse de una decepción de amor. Ha pasado ya bastante tiempo desde que lo nuestro acabó y sin embargo no puedo evitar que el mismo pensamiento vague por mi mente de manera tan recurrente: ¿Qué hice mal? No lo entiendo, yo tenía aún demasiado para dar. Todo mi amor para entregar… y ahora, ¿Qué hago con el regalo tan hermoso que el decidió rechazar? ¿Qué hago con este amor que se desborda? ¿Qué hago con las ansias de sentirlo a mi lado una vez más? Supongo que no hay nada por hacer a mi alcance. La vida es un gran reloj y cada cosa tiene su tiempo…Así como tuve la oportunidad de amar, llegó el momento de olvidar y de una vez dejar atrás este sentimiento, es hora de ponerle fin a lo más hermoso que viví. Hoy me decido a cerrar el capítulo que unió nuestras vidas.